sábado, 19 de julio de 2025

PELÍCULA ★ Llámame por tu nombre

Como fiel fan de Timothée Chalamet, he visto esta película más de una vez (y también he leído el libro), pero cada vez que la veo, me hace sentir algo nuevo. Es como... Que no siento que sea increíble, pero que llegando hacia el final me ha dejado el corazón apretado y con una sensación extraña. 

Ambientada en el norte de Italia, con esos paisajes preciosos y cálidos de verano, conocemos a Elio, un adolescente curioso, sensible y muy musical. Llega Oliver, un nuevo asistente de investigación que va a pasar el verano con la familia de Elio, que por cierto, es muy amorosa y abierta.

Al principio, Oliver parece un poco distante, y eso desconcierta a Elio. Es como si le atrajera, pero a la vez le cayera mal. Y sin que se dé cuenta, ya está completamente atrapado por él. Elio intenta distraerse con Marzia, su pretendiente, pero es evidente que todo lo hace desde la frustración de no saber qué pasa con Oliver. Esa parte me dio mucha pena... Elio está tan perdido en su enamoramiento, como un niño con un primer amor no correspondido.

Esta es una historia que se toma su tiempo. Va lenta, como un verano largo. No hay apuro, y la cámara, la música, el ambiente… todo ayuda a sentir eso. La escena del viaje juntos antes de separarse es la más bonita de la película. Es ahí donde más se siente el amor entre ellos, sin explicaciones, solo miradas, risas, silencios. Da la sensación de que Oliver, por un momento, se deja llevar por algo que nunca se había permitido sentir. Y ahí, mi "mirada juzgadora" hacia Oliver se calla, al menos, por ese momento.

Elio se enamora como uno se enamora por primera vez: con todo el cuerpo, con toda el alma. Lo sufre, lo vive, lo recuerda. Y creo que todos hemos tenido un amor así. Por eso duele tanto el final, aunque también se siente tan real. Me gusta mucho este papel de Timothée, porque lo vive con todo el corazón.

Los papás de Elio... uff. Son oro. La conversación con su padre me rompió, pero también me sanó un poquito. Qué importante es sentirse comprendido, validado, abrazado sin juzgar. Todo el mundo debería ser escuchado así. Y esa última escena, frente a la chimenea... es puro arte. El silencio, las lágrimas, la música. El dolor de dejar ir algo que fue hermoso. A veces no hace falta decir nada más. Mi favorita para cerrar la película.


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