La amenaza sigue latente: quieren matar a Eisei. Y en medio del caos, ¡vuelve Shin! Con la energía que lo caracteriza y muchas ganas de entrar de una vez en una guerra real (que sad). Mientras tanto, llega un ejército enemigo desde Wei. Qin está en peligro, y se arma una expedición de defensa donde Shin es parte del escuadrón. Emocionado por ser su primera batalla, le toca en un grupo de cinco, entre ellos una misteriosa chica que resulta ser parte del temido clan asesino Shiyuu.
En el frente, el general Hyouko parece no hacer nada mientras Wei arrasa con todo. Pero Shin no es de los que se queda quieto: da todo en combate y se convierte en el corazón del grupo. Una fuerza increíble y una voluntad que arrastra a los demás con él. El escuadrón enfrenta tensiones internas, venganzas y secretos, pero aún así logran avanzar. El comandante de Qin logra vencer al subcomandante enemigo. Y cuando la batalla se complica... aparece Ouki, imponente, aunque solo observa desde lejos. Una batalla entre titanes, y Qin sale victorioso.
La guerra termina, se celebra el triunfo, y Kyoukai —la chica del clan Shiyuu— se despide, prometiendo volver. Shin regresa al palacio más decidido que nunca, mientras Ryofui sigue moviendo sus hilos como el traidor que es. Y bueno, hay algo grande esperando a Shin: el general Ouki quien decide entrenarlo.
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