Tengo que decir que me costó mucho ver esta película. Si bien no es una historia triste para nada, sino que bastante esperanzadora, bonita e incluso feliz, mi "emosidad" no pudo con ella y estuve apunto de dejar de verla al menos en dos de las vidas del perro. Porque si, esta película nos habla de un perrito, Bailey, y las vidas que tiene que vivir para poder llegar nuevamente a su dueño original.
La historia no es ningún misterio porque está todo explicado muy bien en el trailer (el cual también me apena, por cierto), aún así, todo es tan tierno y emotivo que tienes que ser de piedra para no sentir al menos algo ligero en el corazón.
El narrador es el mismísimo perrito quien nos guiará a través de todas sus vidas hasta el último de sus respiros. Nos hará reír en ocasiones y conquistará nuestro corazón de todas maneras.
Me encantó y la odié al mismo tiempo. Tiene varias cosas que son muy absurdas, no siendo una pieza máxima de arte, pero todo eso es opacado por la inocencia de la obra, tan genuina. Así que la recomiendo mucho sobretodo si tienes mascotas. Insisto, no es triste, pero sí emotiva.
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