Lo último que pude leer en mi tablet antes de su inesperada muerte, terminamos el año con Miss Peregrine, uno de los libros que me costó leer por falta de tiempo, pero que al principio se me hizo muy rápido de leer, no así al final, ya que me aburría un poco el hecho de ya saber qué pasaría al final. Aunque la historia tiene sutilezas que la hacen un poco diferente a la de la película, aún así sigue manteniendo la esencia.
Para los que no tienen idea de qué trata, Jacob es un chico normal, que tiene un abuelo que le cuenta historias de niños peculiares (que levitan, tienen superfuerza, lanzan fuego, etc), pero este chico al crecer deja de creer en esas historias como una realidad. Más tarde, cuando su abuelo muere de una forma muy extraña, él se aventura a cumplir el último deseo de su abuelo e ir a la isla de la que él tanto le habló. Aquí descubre que todo lo que le dijo es real, que ese lugar si existe y que los niños peculiares son verdaderos, no de la forma en que él creyó, pero lo son.
Obviamente en un mundo así las cosas no pueden ser normales ni tampoco pueden vivir carentes de enemigos, así que aparte del drama personal del chico, la trama se basa en eso: salvar a los niños.
Un libro piola, fácil de leer, no lo consideraría favorito ni nada por el estilo pero funciona como novela ligera y entretenida.
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