La película de Andy Biersack (entre otros). Me gustó mucho más de lo que esperaba. Claramente no es un filme memorable, pero resulta bastante entretenido.
Un grupo de jóvenes que desean cumplir su sueño de tener una banda de rock pesado lo dejan todo para triunfar, haciéndolo de manera tosca, sin conseguir mucho. Hasta que un trato con el mismísimo satanás los llevará al estrellato. Pero, ¿cuál es el precio a pagar por ello? La fama, las drogas y el sexo desenfrenado los lleva a caer por el peor precipicio.
La película muestra una visión muy satánica del rock, apuntando con creatividad canciones y hechos de estrellas rockeras conocidas, todos adjudicados a pactos con satán. También tiene escenas sexuales y de drogas bastante explícitas. Mostrando sin tapujos ese lado del mundillo descontrolado del rock&roll.
Esta peli es un desmadre en sí, tiene una buena banda sonora y sus actores no lo hacen mal, a pesar de que una parte de ellos sean músicos y no actores. Destaco también su estética, y que a pesar de tener varios cliché, no me aburrió nunca.
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