Una película de suspenso más que terror. No está mal, considerando lo difícil que es hacer una película de ese género que resulte interesante. Y el desenlace de la historia también estuvo bastante bueno. Ojo, no es maravillosa, pero tampoco mala.
Aquí tenemos una familia de madrastra, padre e hijo adolescente, quienes deciden que lo mejor es mandar a su hijo lejos, a una especie de reformatorio. En el camino ocurre un accidente en el que el padre muere y el hijo queda en estado vegetal. De esta forma, la madrastra debe cuidar día a día a este chico.
Ella es psicóloga, y por ello un día recibe como paciente a un pequeño niño sordo quien es huérfano y le provoca una inmensa ternura (adoro a ese pequeño actor!). Lo que más desea la mujer es hacerse cargo del chico, pero pasan cosas y el niño desaparece.
Obviamente como la película tiene terror y suspenso, pasan varias cosas en la casa y la mujer cree que se está volviendo loca. A partir de esto la historia comienza a complicarse y es ahí donde empiezan los problemas. De todos modos, estos hechos seran producto de algo más inesperado y un poquito enfermo de lo que imaginé. Y pienso que eso le da su toque bueno a la peli.
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