Sueños... Y magia. Son lo que mejor describe "Wonka", la precuela que nos muestra a un joven Willy Wonka lleno de esperanzas por cumplir su sueño de ser el chocolatero que ya conocemos. Interpretado por un Timothée Chalamet que brilla en todo su esplendor, solo desea una cosa: hacer chocolate y dedicarse a eso, y para ello hará todo lo posible por demostrar su valía. Sin embargo, no será nada fácil, y aquí se hace presente la crítica al monopolio de ciertos negocios que en todos lados existe, pero siempre disfrazándolo con un toque cómico, muy visible en todos los "villanos".
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Personalmente, adoro cada uno de los trabajos de Timothée Chalamet, y el hecho de que la película esté hecha por el mismo director de Paddington, solo me hizo adorar más esta película. Amé su inocencia, sus colores, e incluso las canciones (considerando que no soy particularmente fan de las pelis musicales). Timo hace un papel precioso, y me hizo feliz con su interpretación.
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